martes, 7 de diciembre de 2021

Teoría de los Rasgos Hans J. Eysenks

Resumió así las características de los rasgos (Allport, 1937):

 1. Los rasgos de la personalidad son reales y existen en nuestro interior. No son constructos teóricos ni simples etiquetas inventadas para explicar el comportamiento.

 2. Los rasgos determinan la conducta o la causan. No sólo ocurren frente a ciertos estímulos. Nos impulsan a buscar los estímulos correctos e interactúan con el entorno para producir conducta.

 3. Los rasgos se pueden demostrar de forma empírica. Si observamos la conducta durante cierto tiempo, podremos inferir la existencia de los rasgos en razón de la consistencia de las reacciones de un individuo a estímulos idénticos o similares.

 4. Los rasgos están interrelacionados y se pueden traslapar no obstante que representen características diferentes. Por ejemplo, la agresividad y la hostilidad son rasgos distintos, pero están relacionados y muchas veces se presentan juntos en el comportamiento de una persona. 

5. Los rasgos varían con la situación. Por ejemplo, un individuo puede mostrar el rasgo de orden en una situación y el de desorden en otra.

Schultz, D. & Schultz, S. (2009)

 


 Los rasgos son el idioma que por lo regular empleamos para describir a otras personas (por ejemplo, como tímidas, inseguras o arrogantes). Por eso, la visión de los rasgos tiene un considerable atractivo para el sentido común.

Para Allport, los rasgos (o disposiciones, como los llamaba) están literalmente codificados en el sistema nervioso como estructuras que guían la conducta consistente a lo largo de una amplia variedad de situaciones. Allport también creía que si bien los rasgos describen conductas que son comunes a mucha gente, la personalidad de cada individuo comprende una constelación única de rasgos. Morris, C. & Maisto, A. (2005)

En el proceso de estudio para determinar los rasgos de la personalidad, varios psicólogos identificaron muchos rasgos, concluyendo que habían alrededor de 200. Sin embargo, Con base en la larga investigación, Cattell concluyó que sólo 16 rasgos revelan la complejidad de la personalidad humana; Otros teóricos pensaban que Cattell había usado demasiados rasgos para describirla personalidad. Por ejemplo, Eysenck (1976) argumentó que la personalidad podía reducirse a sólo tres dimensiones básicas: estabilidad emocional, introversión-extroversión y psicoticismo.

 


Estabilidad Emocional (Neuroticismo)

 Las personas con una puntuación alta en medidas de neuroticismo tenderían a experimentar niveles más altos de estrés y ansiedad. Se preocupan por asuntos relativamente insignificantes, exageran su significado y se sienten incapaces de lidiar con los factores estresantes.

 Extraversión- Introversión

 Las personas con altos niveles de extraversión participan más en actividades sociales. Tienden a ser más comunicativas y se sienten más cómodas en grupo. En general, los extravertidos disfrutan siendo el foco de atención y, a menudo, acumulan una red social más grande de amigos y asociados. La extraversión se mide en un continuo, que va desde alto (extravertido) a bajo (introvertido).

Por su parte, los introvertidos tienden a ser más silenciosos, se alejan de las grandes reuniones sociales y pueden sentirse incómodos al interactuar con extraños. En cambio, mantienen grupos más pequeños de amigos cercanos y es más probable que disfruten de ejercicios contemplativos.

 Psicoticismo - Normalidad

El psicoticismo fue una adición tardía a la teoría de la personalidad de Hans Eysenck, y se incluyó en 1976. Esta tercera dimensión de la personalidad va desde la normalidad (bajo psicoticismo) hasta el alto psicoticismo. Las personas con puntuaciones de psicoticismo más altas tienen más probabilidades de participar en un comportamiento irresponsable o mal calculado. También pueden contravenir las normas sociales aceptadas y estar motivados por una necesidad de gratificación inmediata, independientemente de sus consecuencias.

Los Cinco Grandes

Los teóricos contemporáneos de los rasgos han reducido los rasgos de personalidad a cinco dimensiones básicas: extroversión, afabilidad, escrupulosidad, estabilidad emocional y cultura. Existe en la actualidad un consenso creciente de que esas cinco grandes dimensiones de la personalidad, conocidas también como el modelo de cinco factores, capturan las dimensiones más sobresalientes de la personalidad humana, aunque existe cierto desacuerdo acerca de si la quinta dimensión debería llamarse “cultura”, “apertura a la experiencia” o “intelecto”. Recientemente se ha demostrado que cada uno de los cinco grandes rasgos tiene al menos seis facetas o componentes. Las 30 facetas identificadas no son una lista exhaustiva de todos los aspectos de la personalidad; más bien, representan una muestra amplia de rasgos importantes.

Una revisión de la literatura encontró que las cinco grandes dimensiones de la personalidad tienen algunas aplicaciones importantes en el mundo real, sobre todo en su relación con las decisiones de empleo. Morris, C. & Maisto, A. (2005)

  


REFERENCIAS

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